martes, 2 de julio de 2013
Contraste en la colonización francesa en América
El descubrimiento de América y, sobretodo, el descubrimiento de los indígenas americanos (los «indios», como serían llamados por largas décadas) puso primero a los españoles y luego a los europeos frente a algo totalmente nuevo, a personajes cuya existencia ni era sospechada, más allá de alguna antigua premonición.
Se ha dicho que la impresión de los europeos frente a los indios americanos ha sido algo así como la que tendríamos hoy al entrar en contacto con los extraterrestres: un parangón que ciertamente fuerza los tonos, pero que, con una cierta aproximación, dice la sorpresa, justamente, que los europeos se llevaron al descubrir que no eran, junto con los asiáticos y los africanos, los únicos habitantes del mundo.
Así, empezaron a preguntarse quienes eran esos extraños seres, si eran hombres, y en caso afirmativo (en principio, la respuesta negativa era rara, por lo menos en el ambiente latino) – si eran descendientes o no de Adán, con consecuencias teológicas y morales de gran relevancia.
Se preguntaban también cuál podía ser la edad real (sea relativa, sea absoluta) de ese mundo, de manera que el adjetivo nuevo, que le habían aplicado en seguida, era leído e interpretado en el sentido de una extrema juventud de América respecto al antiguo continente europeo, africano
y asiático. Aunque no faltaron quienes acudían a ese adjetivo simplemente para indicar la flora y la fauna del lugar, tan distintas a las del viejo continente.
Si así de fuerte fue el efecto del impacto, probablemente en eso podamos encontrar una llave de lectura de los acontecimientos posteriores: No la única, es obvio, pero ciertamente significativa. Nos permite, entre otras cosas, comprender mejor las polémicas de los últimos diez años, a
lo largo de los cuales se han fijado los siguientes(actores) del drama.
Caracteristicas de la Colonizacion Francesa
Las ciudades de Quebec y de Montreal irradiaron una amplia influencia sobre todo el
territorio de la Nueva Francia. El comercio de pieles, especialmente,
dio una sólida base
económica a esa empresa. La organización de la vida colonial se llevó allí a cabo bajo normas
bastante distintas de las que paralela. mente caracterizaban a la vida que se llevaba en las
vecinas colonias de Inglaterra. Francia era una monarquía absoluta y se jactaba de serlo. Su
sistema se reflejó en la vida colonial.
Basta estudiar los reglamentos acordados por Richelieu, en 1627 y 1628, a la organización
denominada de los Cien Asociados de la Nueva Francia, para advertir cuál era el espíritu
dominante. Sólo los franceses que fueran católicos podían poblar aquellas colonias, a las que
se prohibía la entrada de extranjeros. Además, la tierra era íntegramente repartida entre un
grupo de grandes propietarios, quienes arrendaban parcelas cobrando un porcentaje de los
productos que se obtuvieran, a menos que la cedieran a cambio de servicios personales. No
había asamblea popular, gobierno local, ni juicio por jurados. Los funcionarios y los jueces
eran directamente nombrados por la Corona. Todo estaba reglamentado minuciosamente por
el gobierno de Su Majestad. Este "paternalismo" fatigante fue, sin duda, uno de los motivos
que determinaron el estancamiento de dichas colonias. En el siglo XVII, mientras que la
población de las colonias inglesas llegaba a la cifra de 400.000 habitantes, la de las francesas no
alcanzaba más que a 18.000. Esta falta de densidad estaba reagravada por el hecho de que las
tres poblaciones entonces principales —Quebec, Tres Riberas y Montreal— estuviesen
separadas entre sí por unos 150 kilómetros de bosques, de manera que la agricultura no podía
efectuarse con plena seguridad sino en muy pequeñas zonas. Cazadores, tramperos y
misioneros jesuitas eran los únicos que se aventuraban lejos de todo centro civilizado.
Migracion
El estado propició la inmigración y estimuló la creación de la Compañía de Nueva Francia, cuyos frentes fueron los negocios de colonización y del comercio, prefiriendo este último. La inmigración fue relativamente poca; en 1663, sólo existían 2.500 colonos y de ellos 800 en Quebec. Las causas de este fenómeno fueron el contraste entre el clima y las posibilidades económicas que ofrecía Canada respecto a Francia; el monopolio comercial que imponía la compañía a los pobladores vendiéndoles mercancía a precios altos, y el monopolio que tenía sobre grandes extensiones de tierra que luego arrendaba en parcelas a colonos en un regimen semifeudal. La población se dedicó a la agricultura y al comercio de pieles y llegó a mezclarse con los indígenas, produciendo un mestizaje. El asentamiento en este vasto territorio fue disperso. Se construyeron fuertes y puestos comerciales protegidos contra los indígenas y defendidos no por los colonos en sí, sino por tropas remitidas desde Francia.
Diferencias (Colonizacion Inglesa - Francesa)
A diferencia de los primeros colonos ingleses, que se quedaron en las costas y utilizaron intermediarios para comerciar con los indígenas, los franceses se adentraron en los bosques con la intención de ampliar las fronteras comerciales y religiosas con los nativos. Por ello, para la primera mitad del siglo XVIII había establecimientos franceses en Detroit, Niágara, Illinois y Nueva Orleans. Estos puestos le proporcionaron a Francia el control de un territorio que se extendía desde Canadá hasta Luisiana.
Colonias del Caribe
El gobierno francés también fomento el establecimiento de colonias en el Caribe: en el transcurso del siglo XVII, conquistó las islas de Saint Christopher, Saint Croix, Saint Bartholomew, Grenada, Saint Martin, Tortuga, Marie Galánte y la parte oeste de La Española que se llamó Saint Domingue (Haití).
Importancia de la colonizacion francesa
La importancia de las colonias francesas fue básicamente económica y militar. Se encontraban cerca de las principales rutas de navegación españolas, lo que permitía interceptar sus barcos y establecer comercio. Las islas francesas tenían una economía basada en la producción y exportación de azúcar, algodón, cacao y tabaco. Por otro lado la mano de obra esclava también generaba grandes ganancias. Eventualmente las colonias francesas tuvieron mayor población esclava que blanca, uno de los factores que favorecieron su prosperidad económica.
Raimondo Luraghi, sus palabras
Raimondo Luraghi, que escribió la que a mi juicio es la mejor historia de los Estados Unidos de América existente hoy en el mercado, por lo menos de parte italiana, describe al caballero francés de América del siguiente modo: "mitad señor feudal, mitad coureur de bois, poco sensible a los intereses mercantiles (que, al contrario, despreciaba), y fascinado por la vida en los bosques y los campos; se encontraba muy cómodo cuando, a la cabeza de sus legiones indias y viviendo con ellas, las llevaba a descubrir y a luchar.
"El hecho mismo de que el mercantilismo francés – escribe Luraghi – había atraído al hombre rojo dentro de la vorágine de la cultura europea, habría sido utilizado por la monarquía y por la iglesia para dar vida a un intento de imperio tolerante y paternal que América jamás había conocido antes, y que nunca volvería a conocer después. El nacimiento y el ocaso de la Nueva Francia, representaron para el indio el nacimiento y el ocaso de la única posibilidad que tuvo de convivir con la cultura europea sin ser aplastado por ella".
"El hecho mismo de que el mercantilismo francés – escribe Luraghi – había atraído al hombre rojo dentro de la vorágine de la cultura europea, habría sido utilizado por la monarquía y por la iglesia para dar vida a un intento de imperio tolerante y paternal que América jamás había conocido antes, y que nunca volvería a conocer después. El nacimiento y el ocaso de la Nueva Francia, representaron para el indio el nacimiento y el ocaso de la única posibilidad que tuvo de convivir con la cultura europea sin ser aplastado por ella".
Desaparicion de la america francesa
Así, la América francesa desapareció. Fue un sueño maravilloso, pero sólo un sueño. Compartido, claro está, por los franceses y por los indios. Mientras los protagonistas de la colonización inglesa están todos, o casi, enterrados en Gran Bretaña, los grandes franceses de América – como Champlain, como Frontenac, como Montcalm – yacen en cambio en el Québec. Y cuando se produjo el último enfrentamiento del siglo XVIII entre franco-indios e ingleses, los pieles roja dejaban a los cadáveres ingleses descabezados y con la boca llena de tierra: habían entendido
perfectamente qué pretendían, los ingleses, en América!
perfectamente qué pretendían, los ingleses, en América!
Samuel de Champlain, su punto debil.
Es que hubo un punto débil en ese sueño que Samuel de Champlain había imaginado ya en el siglo XVI. Pero un punto débil que no dependió tanto de los iroqueses, duros, por cierto, y valerosos combatientes, a los que ni siquiera los jesuitas habían podido atraer en la órbita católica y francesa, aunque estos singulares misioneros conquistaron el respeto de los pieles roja, por el valor que demostraron durante la tortura. El verdadero desastre (si así lo queremos llamar, por lo menos a la luz de los sucesos posteriores) fue que este modelo de colonización daba espacio solamente a un número muy limitado de franceses, puesto que éstos, al llegar de Francia, debían convivir con los pieles roja y utilizar sus mismos modelos de vida. Por consiguiente, cuando a mediados del siglo XVIII se llegó al choque final con los ingleses, las pocas decenas de millares de franceses no pudieron hacer frente al número enormemente superior de aquellos. Y los aliados indios tampoco fueron suficientes.
Economia Mercantil
Los indígenas habían accedido también a la nueva economía mercantil, y con una facilidad asombrosa, ayudados quizás por su habilidad de agricultores. Ciertamente, de esta novedad se llevaron también los aspectos negativos: conocieron la riqueza en cuanto tal, y muy pronto aprendieron que riqueza y poder van muy
juntos. Pero no por eso podemos considerar automáticamente negativo el desarrollo económico. Sabemos, en efecto, que éste se vuelve negativo sólo cuando se convierte en motivo único y paradigmático de una determinada cultura.
"El hecho mismo de que el mercantilismo francés – escribe Luraghi – había atraído al hombre rojo dentro de la vorágine de la cultura europea, habría sido utilizado por la monarquía y por la iglesia para dar vida a un intento de imperio tolerante y paternal que América jamás había conocido antes, y que nunca volvería a conocer después. El nacimiento y el ocaso de la Nueva Francia, representaron para el indio el nacimiento y el ocaso de la única posibilidad que tuvo de convivir con la cultura europea sin ser aplastado por ella".
juntos. Pero no por eso podemos considerar automáticamente negativo el desarrollo económico. Sabemos, en efecto, que éste se vuelve negativo sólo cuando se convierte en motivo único y paradigmático de una determinada cultura.
"El hecho mismo de que el mercantilismo francés – escribe Luraghi – había atraído al hombre rojo dentro de la vorágine de la cultura europea, habría sido utilizado por la monarquía y por la iglesia para dar vida a un intento de imperio tolerante y paternal que América jamás había conocido antes, y que nunca volvería a conocer después. El nacimiento y el ocaso de la Nueva Francia, representaron para el indio el nacimiento y el ocaso de la única posibilidad que tuvo de convivir con la cultura europea sin ser aplastado por ella".
Un golpe duro
Con el estallido de la Guerra de los Siete Años (1756 – 1763) el proyecto francés colonial sufrió un duro golpe al tener que ceder parte de sus dominios a Inglaterra. Con el fin del conflicto, establecida con la firma del Tratado de París (1763), Francia reconoció la derrota y cedió una parte de las Antillas francesas, la región al este del río Mississippi, la colonia de Quebec y la región de Louisiana.
La participación de Francia
La participación de Francia en el proceso de colonización de las Américas tuvo lugar al final en relación con las naciones ibéricas. Este retraso es por lo general vinculado a la falta de interés del Estado para llevar a cabo un programa de expansión en el extranjero y los desacuerdos constantes entre la Corona y la burguesía. Entre los siglos XVI y XVII, los intentos de ocupar áreas de la colonización ibérica fueron duramente increpados.
Una de las primeras expediciones se llevó a cabo durante el reinado de Francisco I, cuando trataron de ocupar partes de Canadá y Florida. Fue sólo en suelo canadiense, cuando no fue posible establecer algunas colonias que sufrieron las dificultades naturales de la región y la falta de patrocinio estatal. Al mismo tiempo, desde los primeros años de la colonización portuguesa, los franceses también llegaron a la costa brasileña con el fin de pasar de contrabando de madera, plantas y animales.
Colonización del Misisipi
Los primeros intentos por colonizar los territorios aledaños al Misisipi resultaron en fracasos. Habiendo explorado el valle del río hasta su boca, desde Canadá, en 1682, Rene Robert Cavelier, Sieur de La Salle nombró al gran cinturón central del territorio como Louisiane, en honor al rey Luis XIV de Francia. En 1684, había dejado Francia con 4 barcos y 300 colonos para establecer una colonia en la boca del Misisipi. La expedición estaba plagada de piratas, indios hostiles y navegación escasa.
Establecieron la colonia de Fort San Luis, cerca de Victoria, Texas. La colonia duró hasta 1688 cuando indios locales masacraron a los 20 adultos que quedaban y se llevaron cautivos a 5 niños. La colonia de Louisiana fue fundada en 1699 y su capital, Nueva Orleans, en 1718. Francia pronto entró en conflicto con Gran Bretaña, cuyas colonias tenían frontera con las colonias francesas en varios lugares. Esto llevó a las guerras francesas e indias, seguida de la derrota francesa en la Guerra de los Siete Años, el Tratado de París del 10 de febrero de 1763, dividió el territorio francés del continente norteamericano entre los británicos y los españoles. La única excepción fueron las islas de San Pedro y Miquelon, lejos de la costa canadiense, retenidas como un puerto pesquero.
Establecieron la colonia de Fort San Luis, cerca de Victoria, Texas. La colonia duró hasta 1688 cuando indios locales masacraron a los 20 adultos que quedaban y se llevaron cautivos a 5 niños. La colonia de Louisiana fue fundada en 1699 y su capital, Nueva Orleans, en 1718. Francia pronto entró en conflicto con Gran Bretaña, cuyas colonias tenían frontera con las colonias francesas en varios lugares. Esto llevó a las guerras francesas e indias, seguida de la derrota francesa en la Guerra de los Siete Años, el Tratado de París del 10 de febrero de 1763, dividió el territorio francés del continente norteamericano entre los británicos y los españoles. La única excepción fueron las islas de San Pedro y Miquelon, lejos de la costa canadiense, retenidas como un puerto pesquero.
Época Napoleónica
Los franceses fueron capaces de recuperar por poco tiempo algunas de sus antiguas posesiones en Norteamérica en 1800, durante la Era napoleónica, con el tratado de San Ildefonso; sin embargo, Francia no tenía la armada para suministrar a sus dominios norteamericanos -el bloqueo del Imperio francés fue una parte clave de la estrategia británica contra Napoleón– y porque Francia no quería que sus posesiones cayeran a manos de los británicos, Napoleón vendió esta Luisiana colonial a los Estados Unidos, una operación referida como la compra de Luisiana. Este hecho tuvo lugar el 3 de mayo de 1803 y la indemnización fue de 15 millones de dólares, una considerable suma para el joven estado americano. No obstante, la tierra era extensa –desde Nueva Orleans hasta Montana– y desde los días coloniales británicos, la Luisiana Francesa había empezado a parecer un constraint en el potencial expansivo más allá de los Apalaches. La compra abrió el camino para los colonizadores del siglo XIX.
lunes, 1 de julio de 2013
Presentacion
Una presentacion sobre la Colonizacion Francesa
http://prezi.com/cywrld3u9fm5/untitled- Enlace de Una presentacion.
http://prezi.com/cywrld3u9fm5/untitled- Enlace de Una presentacion.
Tratado de San IIdefonso
El tratado de San Ildefonso de 1800 fue un acuerdo secreto firmado entre España y Francia en el transcurso de las Guerras Napoleónicas
Guerras Napoleonicas:
Las Guerras Napoleónicas fueron una serie de conflictos militares que tuvieron lugar durante el tiempo en que Napoleón I gobernó en Francia. Fueron en parte una extensión de los conflictos que estallaron a causa de la Revolución francesa y continuaron, a instigación y gracias al financiamiento de Inglaterra, durante todo el Primer Imperio francés. No existe consenso sobre el momento exacto en que comenzaron estas guerras. Hay quien considera que empezaron cuando Napoleón alcanzó el poder en Francia, en noviembre de 1799, sin embargo otras versiones sitúan el periodo bélico entre 1799 y 1802 en el contexto de las Guerras Revolucionarias Francesas, y consideran la ruptura de la paz y declaración de guerra del Reino Unido a Francia en 1803, que siguió al breve periodo de paz del Tratado de Amiens en 1802 como el punto inicial de las llamadas "Guerras Napoleónicas". Las "Guerras Napoleónicas", que hoy en día se tiende cada vez más a llamar las "Guerras de Coalición" por haberle sido en realidad impuestas a Napoleón por los aliados, finalizaron el 20 de noviembre de 1815, tras la derrota final de Napoleón en la Batalla de Waterloo y el Segundo Tratado de París de 1815. En conjunto, el casi continuado período de guerras comprendido entre el 20 de abril de 1792 y hasta el 20 de noviembre de 1815 es llamado con frecuencia La Gran Guerra Francesa (anterior a la Primera Guerra Mundial, llamada simplemente La Gran Guerra).
Guerras Napoleonicas:
Las Guerras Napoleónicas fueron una serie de conflictos militares que tuvieron lugar durante el tiempo en que Napoleón I gobernó en Francia. Fueron en parte una extensión de los conflictos que estallaron a causa de la Revolución francesa y continuaron, a instigación y gracias al financiamiento de Inglaterra, durante todo el Primer Imperio francés. No existe consenso sobre el momento exacto en que comenzaron estas guerras. Hay quien considera que empezaron cuando Napoleón alcanzó el poder en Francia, en noviembre de 1799, sin embargo otras versiones sitúan el periodo bélico entre 1799 y 1802 en el contexto de las Guerras Revolucionarias Francesas, y consideran la ruptura de la paz y declaración de guerra del Reino Unido a Francia en 1803, que siguió al breve periodo de paz del Tratado de Amiens en 1802 como el punto inicial de las llamadas "Guerras Napoleónicas". Las "Guerras Napoleónicas", que hoy en día se tiende cada vez más a llamar las "Guerras de Coalición" por haberle sido en realidad impuestas a Napoleón por los aliados, finalizaron el 20 de noviembre de 1815, tras la derrota final de Napoleón en la Batalla de Waterloo y el Segundo Tratado de París de 1815. En conjunto, el casi continuado período de guerras comprendido entre el 20 de abril de 1792 y hasta el 20 de noviembre de 1815 es llamado con frecuencia La Gran Guerra Francesa (anterior a la Primera Guerra Mundial, llamada simplemente La Gran Guerra).
Montana
Montana es un estado de los Estados Unidos situado en las regiones del Pacífico Noroeste y en las Grandes Llanuras. El tercio centro-oeste es recorrido por montañas (aproximadamente 77 nombradas) de la cadena montañosa de las Rocosas; así se explica su nombre, derivado de la palabra española "montaña". El apodo del estado es el "Estado de tesoro" (Treasure State). Otros apodos son "Tierra de montañas brillantes" (Land of Shining Mountains), "País del Gran Cielo" (Big Sky Country) y el lema "El último mejor lugar" (the last best place). En el ranking de estados aparece cuarto en cuanto a superficie, pero tan solo el 44º en población, y, por lo tanto, tiene la tercera densidad más baja de los Estados Unidos. La economía se basa principalmente en la agricultura y en la extracción de madera y minerales. El turismo es también un factor importante en su economía, con millones de visitantes al año al Parque Nacional de los Glaciares, al lugar de la batalla de Little Big Horn y al Parque Nacional de Yellowstone.
Bandera de la Montana
Escudo de la Montana
Golfo de Mexico
El golfo de México es una cuenca oceánica contenida entre los litorales de México, Estados Unidos y Cuba. Los estados mexicanos que tienen costa con el golfo son: Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán; los estadounidenses son: Florida, Alabama, Misisipi, Luisiana y Texas. La isla de Cuba ocupa en la parte oriental del golfo la salida de éste hacia el océano Atlántico, en tanto que la península de Yucatán, también al oriente, separa al golfo del mar Caribe.[2]
Golfo de San Lorenzo
El golfo de San Lorenzo (en francés, golfe du Saint-Laurent; en inglés, Gulf of Saint Lawrence) es un vasto golfo del este de Canadá que comunica con el océano Atlántico. Este golfo drena una gran cuenca hidrográfica que comprende los Grandes Lagos norteamericanos. El río San Lorenzo nace en el lago Ontario y desemboca en este golfo, a través del estuario más grande del mundo.
Recién descubierta América, en los siglos XVI y XVII, la búsqueda de una manera de cruzar el nuevo continente para llegar a Asia motivó a la búsqueda de una comunicación del Mar del Norte (Atlántico) con el Mar del Sur (Pacífico) que supuestamente partiría desde el Golfo de San Lorenzo hasta California. Este mítico estrecho hipotético tomaba el nombre de estrecho de Anián.
Recién descubierta América, en los siglos XVI y XVII, la búsqueda de una manera de cruzar el nuevo continente para llegar a Asia motivó a la búsqueda de una comunicación del Mar del Norte (Atlántico) con el Mar del Sur (Pacífico) que supuestamente partiría desde el Golfo de San Lorenzo hasta California. Este mítico estrecho hipotético tomaba el nombre de estrecho de Anián.
Imperio Español
Tras el Descubrimiento de América en 1492, España colonizó grandes extensiones de territorio en América, desde el actual suroeste de Estados Unidos, México, y el Caribe, hasta Centroamérica y la mayor parte de Sudamérica. Todos estos territorios se integraron en la corona de Castilla y se organizaron inicialmente en dos virreinatos, el de la Nueva España y el del Perú. Con el descubrimiento y asentamiento de varios archipiélagos del Pacífico a finales del siglo XVI, se incorporaron al imperio las Indias Orientales Españolas formadas por las Filipinas, las Marianas (que incluían Guam) y las Carolinas (que incluían las Palaos), bajo la jurisdicción de la Nueva España.
Centroamerica y el Caribe
Cristóbal Colón descubrió la isla de La Española el 5 de diciembre de 1492, en los días finales de su primer viaje a "las indias". Colón y sus compañeros encontraron que la isla estaba habitada por un gran población de amistosos indios taínos (arawacos), quienes le dieron la bienvenida a los exploradores.
Colón estableció un asentamiento improvisado en la costa norte, cerca de la ciudad actual de Cap Haitien, el cual llamó La Navidad (por ser el 25 de diciembre). Usó los restos de la carabela Santa María, que había dado contra un arrecife coralino y zozobrado. La tierra era fértil, pero de mayor importancia para los españoles fue el descubrimiento del oro que podía conseguirse por trueque con los nativos, quienes se adornaban con joyas, o extrayéndolo de los depósitos aluviales de la isla.
Los taínos llamaban a la isla de diversas maneras pero lo más común era Ayti o Haití (tierra montañosa). Aunque inicialmente fueron amigables hacia los españoles, estos nativos respondieron violentamente contra la intolerancia y abusos de los recién llegados. Cuando Colón regresó a La Hispaniola en su segundo viaje en 1493, encontró que la Navidad había sido arrasada y eliminados sus habitantes. Pero no era fácil detener el interés del Viejo Mundo en la expansión y su cruzada de esparcir el Catolicismo; Colón estableció un segundo asentamiento, La Isabela, más hacia el Este.
Colón estableció un asentamiento improvisado en la costa norte, cerca de la ciudad actual de Cap Haitien, el cual llamó La Navidad (por ser el 25 de diciembre). Usó los restos de la carabela Santa María, que había dado contra un arrecife coralino y zozobrado. La tierra era fértil, pero de mayor importancia para los españoles fue el descubrimiento del oro que podía conseguirse por trueque con los nativos, quienes se adornaban con joyas, o extrayéndolo de los depósitos aluviales de la isla.
Los taínos llamaban a la isla de diversas maneras pero lo más común era Ayti o Haití (tierra montañosa). Aunque inicialmente fueron amigables hacia los españoles, estos nativos respondieron violentamente contra la intolerancia y abusos de los recién llegados. Cuando Colón regresó a La Hispaniola en su segundo viaje en 1493, encontró que la Navidad había sido arrasada y eliminados sus habitantes. Pero no era fácil detener el interés del Viejo Mundo en la expansión y su cruzada de esparcir el Catolicismo; Colón estableció un segundo asentamiento, La Isabela, más hacia el Este.
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